martes, 4 de noviembre de 2008

¡¡Que poco civismo!!

No lo puedo evitar, como vaya a un hiper o un centro comercial, me indigno.

Veo como los coches llegan y aparcan con toda tranquilidad en las plazas para minusválidos y me pongo de mala leche, y eso que, afortunadamente, no tengo nadie directo que necesite aparcar en una.

Pero qué trabajo les costará poner el coche 100 metros más lejos, mira que soy empática, pero por más que lo intento no logro encontrar una razón justificable para fastidiar a personas que realmente lo necesitan.

A veces con las hernias lumbares o la fibromialgia he tenido problemas de movilidad, pero o me he quedado en casa, o he ido a horas de menos afluencia, o he comprado en otro sitio más accesible para mi lo imprescindible en dicho momento, pero nunca he fastidiado a los demás.

Lo dicho, no lo entiendo y no lo entiendo.

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