viernes, 31 de mayo de 2013

El grupo, yo, o ambos en perfecta sintonía

El ser humano por definición es un ente social que busca y gusta del contacto con otros similares y, aunque la sociedad actual pueda generar ciertos comportamientos individualistas y se tache en más de una ocasión de egocentrista y egoísta, creo firmemente que puede haber cabida para una convivencia placentera.

Es verdad que a ciertas edades es más habitual salir y efectuar acciones en grupo, pero siempre he defendido que no debo dejar que el grupo anule mi yo y me vea o nos veamos inmersos en una situación en la que no estemos cómodos, simplemente porque la mayoría lo haga.



Creo que la diferencia estriba en el tipo de salida o actividad, es decir, no es lo mismo quedar todos para salir a cenar esta noche que irnos este verano de crucero por el Mediterráneo.

En el primer caso, es una actividad aislada que, en principio no debería generar conflicto. Se propone uno o más sitios y se decide por mayoría dónde acudir, luego es cuestión de que cada cual escoja su plato preferido y todos tan contentos. En este punto, he decidido olvidarme del típico amigo gorrón que se harta de beber y/o comer, pero que luego divide la cuenta a partes iguales.

En el segundo, estamos hablando de una salida con una duración temporal superior, que se prolongará durante varios días. En tal caso, y en contra de lo que puedan pensar algunas personas, defiendo que no siempre hay que estar juntos.

Es decir, si decidimos irnos todos en el mismo crucero, está claro que tendremos muchos puntos en común, pero eso no debe implicar que todo el mundo tenga que acudir a las mismas excursiones, ver los mismos espectáculos o incluso comer, cenar o tomar una copa en el mismo sitio y al mismo tiempo.

Esta situación que acabo de plantear, me resulta absurda y a pesar de eso, conozco a personas que se pliegan completamente a las decisiones de los roles más fuertes, no necesariamente el líder…, sino que sienten que deben hacer lo que haga una mayoría aunque en otras circunstancias no se comporten de la misma manera.

Y tú, qué piensas: ¿Debo dejar que el grupo me aniquile?

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