sábado, 19 de diciembre de 2009

Los peligros de la socialización (crónica segoviana)

El pasado puente de diciembre nos fuimos de visiteo a Segovia, aprovechando las tarifas del ave y las recomendaciones de amigos :)

Para empezar, nos alojamos en un antiguo monasterio: San Antonio El Real, y acertamos. El hotel está situado junto a la plaza de toros, a unos 10 minutos andando del arco principal del acueducto, en una zona tranquila. La verdad es que tiene mucho encanto, y el personal es muy amable, sobre todo María, de recepción.

El primer día, viernes, llegamos por la noche y con el frío que hacía decidimos quedarnos a cenar en el hotel, pero al día siguiente comenzamos la visita por la calle Cañuelos, donde comienza el acueducto, hasta la plaza del Azoguejo para llegar a la vista más conocida.



Tras visitar la feria de la artesanía y pasear por la zona, enfilamos hacia la calle Cervantes, donde está la Casa de los Picos y luego hacia la Plaza Mayor. Sin embargo, a la altura de la antigua cárcel, llamamos a mi antiguo compañero Javier, que es de allí para que nos dijera si en algún sitio había Cruzcampo, que es la cerveza que Pepe suele tomar, y aquí empezaron los "problemas".

"De cervecita nada de nada, en Segovia lo que se toma es vino". Y yo que no suelo tomar cerveza, pero sí me gusta un buen vino para comer y cenar, me dije aquéllo de Donde fueres, haz lo que vieres. Y así empezamos la ronda por el bar El Patio, junto a la catedral; luego en La Tasquina, por Valdeláguila, donde repetimos dada la calidad de los pinchos :), y luego teníamos reserva en Jose María para comer cochinillo, por supuesto, acompañado de vinito.



Total que socializando, socializando, cuando volvimos al hotel tras dar un paseo después de la comida, nos quedamos frititos hasta las 22:30 jajaja, pero eso sí, nos sentó de maravilla la siesta, que teníamos sueño atrasado. Por supuesto, a esas horas ni salimos a cenar y empalmamos descanso hasta la mañana siguiente, con energías renovadas.

El domingo nos decidimos a visitar La Granja de San Ildefonso, que está a sólo 11 kms. de Segovia. El palacio y los jardines son muy bonitos, pero es una pena que las fuentes no estén funcionando, que sólo lo hacen en determinados días del año, sino que además no tienen ni agua, y la verdad es que ver los tubos al aire desluce mucho :(


De vuelta a Segovia, nos animamos para ver la iluminación nocturna y navideña (que aún no funcionaba), pero hay que reconocer que las vistas del Acueducto, la Catedral y la Plaza Mayor son muy bonitas y claro, con el frío, nos dijimos que había que entrar en calor y, para que luego digan de la fama del sur, a las 20:00 de un domingo con lunes siguiente laborable, los bares estaban a tope de gente tomando vinitos, no cafelito ni caldito para entrar en calor!!

Es que no puedo con los tópicos; cuidado, que no estoy diciendo que los segovianos sean borrachos, ni nada de eso, pero me da mucho coraje que se diga que los andaluces siempre estamos en los bares, que hacemos más fiestas que nadie, etc. etc.

Al día siguiente y ya para despedirnos, visitamos el Alcázar que tiene unas vistas de la zona inmejorables, compramos Ponche Segoviano, que es el pastel típico de allí y nos tomamos el último vinito antes de pillar el ave de vuelta.

La verdad es que nos ha gustado mucho, entre otras cosas, porque es muy distinta a las ciudades que tenemos por aquí, y esperamos volver algún día :)

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